Crudivorismo

¿Qué Es El Crudivorismo?

Se llama crudivorismo a todo modo de alimentarse que contenga un porcentaje de alimentos crudos en la dieta claramente superior al habitual, si bien suele reservarse a una alimentación que contenga al menos un 50% de alimentos crudos, y muchas personas siguen una alimentación 100% cruda.

En este apartado me referiré al crudivorismo vegano (algunos lo llaman “crudiveganismo”), aunque hay crudívoros que consumen alimentos de origen animal.

En general, los crudívoros creen que cuanto mayor es el porcentaje de alimento crudo en la dieta, mayores son los beneficios, como la pérdida del exceso de peso y la prevención y cura de diversas enfermedades crónicas.

Evidentemente, entre los animales salvajes el consumo de alimentos crudos es la práctica universal. En el ser humano, hay controversia sobre cuándo empezó a cocinar y si ha habido tiempo suficiente para que se adapte genéticamente a la alimentación cocinada.

Entre los crudívoros son comunes las siguientes opiniones:

  • Los alimentos crudos contienen enzimas que ayudan a las enzimas segregadas por nuestro aparato digestivo, y que al calentar la comida por encima de 43-49º C se degradan o destruyen.
  • La falta de dichas enzimas en los alimentos dificulta la digestión y conduce a toxicidad en el organismo por los nutrientes mal digeridos y a un consumo excesivo de alimentos, favoreciendo la obesidad y diversas enfermedades crónicas.
  • Los alimentos crudos contienen bacterias y otros microorganismos beneficiosos para los sistemas inmunitario y digestivo, y favorecen una dieta intestinal equilibrada.
  • Los alimentos crudos tienen más micronutrientes (vitaminas, minerales y fitonutrientes) que los cocinados.
  • Al someter los alimentos a elevadas temperaturas para cocinarlos, se producen reacciones químicas que generan sustancias que no se encuentran en los alimentos en su estado natural y que resultan tóxicas para nuestro organismo.
  • Si un alimento no lo podemos consumir en su estado original crudo, es porque no es adecuado para el ser humano.
  • Las plantas salvajes comestibles son alimentos crudos especialmente nutritivos.
  • Los alimentos congelados son aceptables, aunque inferiores a los frescos en actividad enzimática y valor nutritivo.

Crudívoros de Diferentes Estilos y por Diversos Motivos

Hay crudívoros que preparan platos muy elaborados y otros que defienden que los alimentos se tomen en un estado lo más natural posible, algunos evitan incluso en mayor o menor medida las mezclas. Los que incluyen cereales y legumbres en su dieta los germinan o al menos los tienen unas horas en remojo para hacerlos digestibles.

Algunos también ponen en remojo los frutos secos para activar sus enzimas y desactivar los inhibidores enzimáticos, sustancias que dificultan su digestión.

Algunos crudívoros usan asiduamente potentes batidoras y licuadoras, deshidratadores y otras máquinas procesadoras de alimentos para preparar galletas, pan o pizza con un gusto y una textura que recuerdan a los de los alimentos cocinados. Otros piensan que no hay ninguna necesidad de emularlos.

Los motivos por los que las personas adoptan el crudivorismo son múltiples. Algunos llegan por una trayectoria de búsqueda de maneras más naturales, éticas y sostenibles de vivir, como extensión natural del vegetarianismo o del veganismo.

Otros señalan la limpieza de cuerpo, mente y espíritu que conlleva y la larga tradición entre los sabios eremitas de comer principalmente fruta y hierbas crudas.

Hay quienes adoptan la alimentación cruda para maximizar su salud o vencer enfermedades de la civilización como el cáncer, la diabetes, la enfermedad de Crohn y las dolencias cardíacas. También hay quien lo prueba porque se está poniendo de moda, por ejemplo en determinados ambientes de Hollywood y Londres.

Pero también hay historias de personas que han llegado al crudivorismo simplemente siguiendo sus sensaciones e intuición, simplificando su dieta y escuchando la sabiduría de su cuerpo, y de otras que tras luchar con varias dietas convencionales intentando perder peso y sufrir diversos grados de desórdenes de la conducta alimentaria, han encontrado en una alimentación exclusiva o mayoritariamente cruda la solución definitiva que les ha permitido perder peso y no recuperarlo, disfrutando como nunca de la comida y sintiéndose llenos de energía.

Un hecho sorprendente es que frecuentemente las mujeres que adoptan una dieta vegetariana baja en proteínas y con predominio de alimentos crudos dejan de tener pérdida de sangre menstrual, o bien sangran muy poco, pero siguen teniendo un ciclo ovulatorio normal y manteniendo su fertilidad, salud y buena forma física.

Algunos autores defensores de la dieta cruda afirman que el sangrado habitual en la menstruación se debe a la necesidad del organismo de eliminar toxinas, pero es un derroche de recursos de la mujer que disminuye su fuerza física y la mantiene en un estado de salud no óptimo, haciendo que el nivel medio de hemoglobina de las mujeres en edad menstrual sea un 15% inferior al de los varones y que la menopausia se produzca varios años antes de lo que sería natural y acarree más problemas de salud.

Hay que tener en cuenta no obstante las presiones sociales, psicológicas y emocionales en contra de comer a base de alimentos crudos. La publicidad, las normas sociales, y la falta de conocimiento y de apertura de miras de la sociedad tienden a convertir el camino en un desafío y a una aventura.

Se hacen muy pocos anuncios de fruta y verdura crudas, mientras que la publicidad de la comida basura está por todas partes, y a menudo dirigida específicamente a los niños.

Incluso los alimentos integrales relativamente sanos de las tiendas “naturales” contribuyen a la idea de que los alimentos procesados y cocinados son “lo normal”.

Pero los crudívoros afirman que una vez que se capta la esencia de una aproximación más natural, ecológica e intuitiva al alimento, se hace fácil pasar de largo de todo esto, y ver con toda claridad la locura en que está metida la sociedad.

Desde los círculos crudívoros se argumenta que los alimentos realmente naturales son menos provechosos para las grandes empresas, mientras que los alimentos elaborados generan más ingresos no sólo para los productores y vendedores, sino también para la industria farmacéutica y sanitaria, las casas de suplementos nutricionales, etc.

Mientras, los alimentos más naturales son los que naturalmente producen más salud.

La enfermedad y el miedo a ella se nos venden como normales e inevitables, y la sociedad se está haciendo cada vez más ingenuamente inconsciente y adicta a la comida basura, a la vez que el miedo a la enfermedad reduce nuestra sensación de libertad, haciéndonos creer que tenemos que tener siempre a mano los médicos y los hospitales.

Pero podemos liberarnos alejándonos de todo esto hacia opciones sanas, tomando así control de nuestra propia salud.

Los mejores efectos los conseguiremos si, además de aumentar la proporción de alimentos crudos que comemos, introducimos también ejercicio, meditación, y otros cambios significativos en nuestra forma de vida: cambiar las condiciones externas y trabajar las internas para crear salud.

Crudivorismo y Permacultura

Así, mientras para algunos el crudivorismo puede ser sólo una moda, para muchos de sus seguidores es resultado de una búsqueda genuina de mejorar su estilo de vida, para su propio beneficio y para bien de su relación con el planeta.

Exploran la alimentación cruda con conciencia de todas estas implicaciones, con la filosofía de que comiendo podemos avanzar hacia la salud y la sostenibilidad, lo que encaja con la idea de la permacultura de crear varios beneficios a partir de un solo cambio clave.

Se llama permacultura al diseño y creación de ecosistemas transformados que proporcionan alimento y otros recursos para satisfacer las necesidades humanas al tiempo que, una vez establecidos, se mantienen a sí mismos con una mínima intervención y en equilibrio con el entorno.

Quienes acuñaron el término no eran crudívoros ni veganos, y su visión incluía también ganado.

Pero los defensores de la alimentación crudivegana creen que ésta puede llevar la permacultura a su más perfecta expresión, en “forest gardens” (combinaciones de huerto, jardín y bosque) basados en árboles frutales con verduras cultivadas entre ellos, verdaderos paraísos destinados a satisfacer no sólo las necesidades materiales del ser humano, sino también su anhelo de vida natural, belleza y coherencia.

En una de las webs que propugna este modelo, se calcula que una hectárea sería suficiente para alimentar a 10 personas, y que reservando para cada 10 personas otra hectárea extra para vivienda y recreo, toda la población mundial sólo necesitaría el 10% de la tierra del planeta.

Las Hipótesis de Tony Wright

Pueden tener relación con este punto las hipótesis presentadas por Tony Wright, que experimentó personalmente una prolongada privación voluntaria de sueño acompañada de una dieta cruda.

Según él, el abandono de la dieta muy rica en fitonutrientes que inicialmente tuvo nuestra especie, basada en frutas tropicales frescas y hojas y brotes tiernos (crudos, por supuesto), pudo haber conducido al predominio del hemisferio izquierdo sobre el derecho en la humanidad actual.

A su vez, este predominio habría deteriorado nuestras capacidades de procesamiento intuitivo, holístico y paralelo (al otorgar la prioridad a las funciones “racionales” de tipo lineal, secuencial y reduccionista asociadas al hemisferio izquierdo).

Según estudios que Wright presenta en su web, personas que han sufrido daños en el hemisferio izquierdo del cerebro han desarrollado a continuación notables capacidades artísticas o intelectuales de las que antes carecían.

También considera que el hemisferio izquierdo tiene menos capacidades que el derecho desde otros puntos de vista, por ejemplo necesita mucho más descanso.

Uno de los objetivos de su experimento de privación de sueño era favorecer un resurgir del hemisferio derecho aprovechando su menor necesidad de sueño y apoyado por la dieta.

Por otra parte, en personas que han sufrido daños en el hemisferio derecho que causan discapacidades, se ha observado un fenómeno conocido como “anosognosia” (falta de consciencia de la propia enfermedad o deficiencia) en el que el individuo llega a negar su discapacidad contra la más clara e inmediata evidencia, recurriendo a elaboradas racionalizaciones.

Por el contrario, este fenómeno no se observa cuando una discapacidad se debe a lesión en el hemisferio izquierdo, sino que por el contrario los pacientes tienen tendencia a la depresión, lo que se interpreta como consecuencia de haber perdido capacidad de elaborar racionalizaciones reconfortantes.

Wright se plantea si las fuertes resistencias del ser humano a cambiar sus puntos de vista incluso frente a lo obvio pueden deberse así al predominio del hemisferio izquierdo, y si una vuelta a una alimentación como la que supone original despertaría en nosotros facultades perdidas al tiempo que nos ayudaría a tomar consciencia de las amenazas que se ciernen sobre el planeta y de cómo nosotros mismos las estamos causando, pudiendo así ponerles remedio.

Mi Opinión

Si bien parece que algunas de las afirmaciones con que se defiende el crudivorismo no están de momento sólidamente establecidas, como puede ser la de que las enzimas de los propios alimentos contribuyan a su digestión, hay otras que me parecen evidentes.

Una de ellas es que las frutas y verduras son mucho más ricas en micronutrientes (vitaminas, minerales y fitonutrientes) en proporción a la energía que aportan que los cereales y las legumbres (incluso antes de que al cocinarlos estos aún pierdan más).

Puede que los humanos actuales hayan sufrido una selección de los más aptos para tolerar una alimentación mucho más pobre en micronutrientes que la de sus antecesores y sus parientes próximos, y la ingestión de las sustancias generadas por la cocción y no presentes en los alimentos en su estado natural.

Pero esto no quiere decir que, pudiendo hacerlo, no nos beneficie recuperar una alimentación más natural, completa y pura.

Personalmente, después de 11 años de alimentación vegana, que creo que benefició grandemente mi salud, considero que el último año siguiendo una alimentación vegana cruda ha sido un paso adelante.

Me siento más “limpio”, con menos mucosidad y menos olor corporal, mis heces prácticamente no tienen mal olor.

Cuando como siento que el alimento se integra a la perfección, que “acaricia” mi estómago. Y cuando muy ocasionalmente como algo cocinado, me resulta pastoso y con cierto gusto “ahumado” aunque esté simplemente hervido.

Prácticamente no preparo los alimentos, excepto en alguna ocasión. No tengo batidora, licuadora ni ningún otro aparato para preparar alimentos, ni siquiera un simple exprimidor, sólo un rallador manual que apenas uso.

Como la fruta al natural, y con las verduras ni siquiera se puede decir que haga “ensalada”, pues no las aliño, y la mayoría de las veces tampoco las corto ni las mezclo.

No descarto usar aparatos en el futuro, pero creo que la mayor parte de lo que coma seguirá siendo fruta y verdura sin procesar.

Mi postura personal es que tenemos dientes para masticar nuestro alimento, y que no es tan gran avance librarnos de la cocina si ello nos hace dependientes de otras máquinas.

Desde el punto de vista ecológico creo que el veganismo ya es suficientemente sostenible. Pero me parece que es mucho más bello vivir en medio de frutales que entre campos de cereales, y que una agricultura basada en los huertos-bosque es más positiva para la biodiversidad o para conservar el suelo.

Aun así reconozco que hoy por hoy el impacto ambiental de una alimentación cruda puede ser superior al de una alimentación vegana cocinada, pues cuando los productos no son locales el volumen y peso transportados son mayores.

Por ello y por motivos económicos mi alimentación es ahora mismo menos variada de lo que querría, y por ello quiero participar activamente en la plantación de huertos de frutales y verduras dentro de la filosofía de la permacultura, y en la creación de comunidades que los cuiden y habiten.

En cuanto a las hipótesis de Tony Wright, solo he leído una pequeña parte de los textos que propone en su web, y no sé qué grado de validez tendrán, pero me parece un campo muy interesante por investigar.

Fuentes y más Información

http://conexionconsciente.com/crudos.htm: defiende los beneficios para la salud de la alimentación cruda.
http://www.comunidadcruda.com/index.php?lang=es: Web de Balta Lorenzo, probablemente el crudívoro más conocido en España.
http://www.eatmoreraw.com/home.shtml: razones para comer más alimentos crudos (en inglés).
http://users.mrbean.net.au/~wlast/menstrual.html: sobre dieta y menstruación (en inglés).
http://nosolopermacultura.blogspot.com/2007_02_01_archive.html: sobre crudivorismo y permacultura.
http://www.gardensofeden.org/: propuesta de “forest garden” con cálculos de rendimiento (en inglés).
http://leftinthedark.org.uk/: web de Tony Wright (en inglés).
Nuevos nativos: mi propuesta de comunidad crudivegana.

Comentario:

maría ines 29 de abril de 2013, 20:07
un gusto leer esta pagina, muchas gracias Jorge Barros.
Tengo una teoría y es que quizás agregamos elemento fuego a nuestro cuerpo a través de cocinar los alimentos por falta de calor en nuestro cuerpo recibido directamente del sol.
También creo que la vida sedentaria o mejor dicho desde que dejamos de ser nómades pasamos mucho tiempo bajo techo y no recibimos la información directa.

Deja un comentario